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Mulder retornó por el sabor de la guayaba

Por un escritor de hombre misterioso

Esta vez se le ve más delgado, lo que para un ciclista quiere decir que está en forma.En el 2009 fue quinto en la clasificación del Gran Caracol de pista y uno de los principales animadores de la velocidad, lo que le valió el reconocimiento de un público que tiene paladar exquisito. Teun, siempre vestido de naranja, como buen holandés que es, se distingue por su profesionalismo y buen trato, ese que lo presenta como uno de los estandartes del grupo de pisteros que se convierte casi que en una familia. El accidente que sufrió en la final del keirin en la parada de la Copa del Mundo de Cali, no puso en riesgo su venida a la capital paisa. Incluso no veía la hora de llegar aquí, para disfrutar de un certamen que quiere y lleva en su corazón. “Me gusta el Gran Caracol de Pista, porque la atmósfera que se vive es estupenda. La gente de esta ciudad es agradable y la competencia se hace al lado de un público que sabe bastante de ciclismo”. A Mulder, el grandote de 1,82 metros y 87 kilos de peso, que entrena en el óvalo de Apeldoorn, donde se cumplió el pasado Mundial de pista, se le nota a leguas que lo pasa gustoso en Medellín. Sus ojos azules brillan para contar de lo bien que se siente aquí, incluso pasando por encima del detalle del accidente sufrido en Cali que le valió raspones en la cintura y en la pierna derecha. Sabe que este intermedio del pedal, le sirve para estar más en forma, porque lo que trata es buscar la casilla para los Juegos Olímpicos de Londres -ajustará su tercera intervención en estos certámenes- en la velocidad por equipos y en el keirin, que es uno de los fuertes del elenco tulipán. Para él, la competencia mundial tiene por estos días, un matiz de cierto nerviosismo, ya que los cupos para los Olímpicos aún no están definidos. En Cali, él mismo lo pudo comprobar en la prueba del keirin en la que se produjo el delicado accidente, pero del cual se recuperó prontamente, para continuar con su mirada puesta en Australia y China, donde confía, tomará los puntos necesarios para ir a Londres. Mientras tanto, Teun, 30 años, disfruta del olor y del sabor de la guayaba -como diría Gabriel García- y del reconocimiento del público que asiste al Gran Caracol de Pista que hoy tiene doble tanda.

Lectura titulada Como se come una guayaba por Esmeralda Santiago. En este capítulo, la autora habla sobre la identidad boricua a través de la fruta